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sábado, 23 de julio de 2016

La sinusitis


La sinusitis es la inflamación de los senos paranasales que puede ser causada por un hongo, una bacteria o un virus, o bien estar causada por una alergia. Los senos paranasales son pequeños huecos llenos de aire; se dividen en senos frontales (están en la parte frontal del cráneo, situados encima de la nariz, es decir, en la frente), senos etmoidales (se sitúan en los laterales de la nariz, entre los huesos) y senos maxilares (localizados en las mejillas). En situaciones normales, el aire pasa a través de los senos sin problema; sin embargo, las personas que padecen sinusitis tienen bloqueados estos espacios y sufren molestias y dificultades a la hora de respirar.

Causas

El exceso de moco y el bloqueo de las aberturas paranasales hacen que las bacterias y otros microorganismos puedan reproducirse más fácilmente y provocar sinusitis. Las principales causas que provocan la segregación de moco y/o el taponamiento de los senos paranasales son:

  • Los cilios (vellos que se sitúan en el interior de las aberturas paranasales) no logran sacar el moco debido a alguna afección.
  • Un espolón óseo nasal, el tabique desviado o la presencia de pólipos nasales bloquean los senos paranasales.
  • Las alergias y resfriados provocan una secreción excesiva de moco.

Además, hay una serie de factores de riesgo que incrementan la posibilidad de sufrir esta patología:

  • Padecer fibrosis quística.
  • Sufrir rinitis alérgica o fiebre del heno.
  • Tener alguna enfermedad que dificulte la función de los cilios.
  • Tabaquismo.
  • Tener un sistema inmunológico débil, debido al VIH o a tratamientos como la quimioterapia.
  • Hipertrofia de adenoides (tejido linfático que se encuentra en las vías respiratorias entre la nariz y la parte posterior de la garganta).
  • Sometimiento a fuerzas como la gravedad y la presión: volar, bucear, montañismo, etcétera.


Síntomas:

Los principales síntomas de esta enfermedad son:
  • Dolor y presión detrás de los ojos y en la zona maxilofacial.
  • Secreción y congestión nasal.
  • Pérdida del sentido del olfato.
  • Fatiga y sensación de malestar general.
  • Dolor de cabeza.
  • Fiebre.
  • Dolor de garganta y goteo entre la nariz y la faringe.
  • Tos que tiende a empeorar por la noche.

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